El propósito de un perro

A lo largo de mi vida siempre he tenido frases cliché: “Un perro es para toda la vida, no sólo para Navidad”, “¿Estás seguro de que quieres esa responsabilidad?”, “¡No tienes tiempo para un perro!”.

Un perro siempre ha estado en mi vida, pero no hasta el punto de poder llamarlo mío. Durante los últimos 10 años, he jugado persistentemente con la idea de tener un perro, pero siempre parecía no llegar a comprometerme.

El año 2020 ha sido abismal y, a medida que se avecinaba el confinamiento, una idea poco entusiasta iba a pasar a la historia. Fue más que un momento perfecto para traer un compañero peludo a mi vida.

Mi padre dijo una vez: simplemente no puedes describir la sensación de conocer a tu cachorro por primera vez; no se equivocaba. Es un sentimiento con el que todos los dueños de perros se identifican, pero sigue siendo tan personal que es imposible generalizar.

El nombre Clyde no se mencionaba antes de coleccionarlo, pero su nombre tenía que tener significado. Clyde ha sido traducido al galés como cálido y poderoso, por lo que el nombre no podría ser más apropiado.

Era un cachorro audaz y confiado, pero disfrutaba de un abrazo furtivo de vez en cuando. A medida que pasó el tiempo, el control remoto se perforó, el papel higiénico fue arrastrado por la casa y siempre encuentro algún zapato extraño en el patio trasero. Sin embargo, no lo haría de otra manera.

Algo tan simple como sacar a pasear a Clyde y dejarle llevar la correa me ha traído mucha felicidad. Siempre puedo confiar en que él me recogerá, sin importar cómo haya ido el día.

Creo que la mayoría de las cosas en la vida suceden por una razón. Clyde estaba destinado a entrar en mi vida. Él depende de mí tanto como yo dependo de él. Él no es el mejor amigo del hombre; él es mi mejor amigo. Él me da un propósito.

BDC.