Trato directo
La diligencia de compra de los consumidores aumenta constantemente y la forma en que las personas seleccionan su café continúa sufriendo cambios. La percepción del café difiere de un producto básico de larga data y gran escala a uno con énfasis en la calidad, la sostenibilidad y la trazabilidad. Si bien una cantidad significativa del café actual todavía llega a los supermercados a través de cadenas de suministro para el mercado masivo, los consumidores de café buscan cada vez más granos que hayan seguido un camino menos transitado.
Donde hay bien, hay mal. Luz y oscuridad. Eso no quiere decir que el Comercio Justo siga siendo oscuro o malo dentro del mercado mundial del café, ni mucho menos. Sin embargo, donde hay una fuerza imparable, un objeto inamovible espera entre bastidores: el Comercio Directo. Se dice que nació de la frustración por la incapacidad de encontrar una calidad excepcional de manera constante. El Comercio Directo fue concebido como un método que permitiera a los compradores de café (como nosotros) construir una cadena de suministro confiable, con mayor énfasis en la trazabilidad, la sostenibilidad y la calidad. Es una oportunidad para que tostadores como Big Dog crezcan y compartan un viaje con agricultores que esencialmente comparten los mismos riesgos inherentes al comercio de café.
En pocas palabras, cuando un tostador de café compra directamente a un productor, se considera comercio directo. La mitigación de los intermediarios entre el tostador y el productor deja espacio para una relación, permitiendo que la calidad y los precios justos sean primordiales. Para los tostadores, es una oportunidad para desarrollar una relación personal, aprovechar las expectativas de calidad y planificar cosechas futuras. En cuanto al productor, tiene compromiso, confianza y seguridad para invertir y mejorar infraestructura y procesos. Todo lo cual tiene un efecto positivo posterior en la familia y las comunidades inmediatas.
Las negociaciones directas promueven tanto la transparencia como la trazabilidad y, en última instancia, garantizan el mantenimiento de la calidad de la taza en el mercado de consumo. Los compradores están más inclinados a pagar sobreprecios y, a su vez, invierten en la comunidad local y sus respectivos proyectos.
La cultura de la tercera ola se ha construido sobre la base de la comprensión del origen del café y su impacto en la taza. El comercio directo proporciona a los consumidores un fácil acceso a la comunicación sobre la evolución del entorno del productor. La voz de los productores debe ser escuchada.
El comercio directo no está exento de limitaciones. Existen riesgos de que los contratos fracasen, de que ambas partes proporcionen información inexacta, de falta de comunicación y de comerciantes deshonestos. Los negocios normalmente no están regulados, lo que significa que se trata de un entorno comercial de "alto riesgo y alta recompensa". El riesgo de mala calidad sigue prevaleciendo a pesar de la relación directa. Una o ambas partes podrían ser víctimas de deficiencias durante el período de negociación, a menudo provocadas por problemas de calidad.
Como cualquier relación, la confianza es la sangre vital. Ningún modelo comercial está libre de imperfecciones, no existe un "mejor" ajuste: las relaciones no son finitas. La responsabilidad recae enteramente en las personas involucradas, para facilitar una comunicación y comprensión confiables.
La última pieza del rompecabezas de la cadena de suministro es el consumidor. Transparencia total, relaciones sólidas y exposición a la historia de los productores intentan honrar la cultura de la tercera ola de bebedores de café. Desde el productor hasta la taza, es responsabilidad del tostador transmitir el viaje, desarrollar continuamente y ofrecer calidad integral.
Nuestra filosofía de compra se ha construido para transmitir la historia del productor respectivo. Nuestro objetivo es desarrollar continuamente, contar una historia y aumentar nuestro enfoque en el comercio directo. La perseverancia, la perseverancia y la determinación de los respectivos productores deben transmitirse a través de nosotros y posteriormente a través de la calidad en la taza.